16/02/2011
Las plataformas de acceso y venta de libros digitales de Google, Amazon y Apple, entre otras, están basadas en el concepto de "libros en la nube", que conlleva una nueva manera de acceder a la información y al conocimiento. La digitalización del libro está transformando la manera en que los lectores acceden a la información y al conocimiento, bien sea la lectura en pantallas de todo tipo de contenidos digitales, el auge del comercio electrónico de libros y revistas, el intercambio de información entre conocidos y perfectos desconocidos o la gestión del conocimiento a través de herramientas de comunicación online como Twitter o Wikipedia, entre otros.Pero esta transformación no tiene por qué afectar necesariamente a nuestros derechos adquiridos a lo largo de la historia como consumidores de libros ni mermar nuestros derechos a la privacidad como ciudadanos. Los lectores de Dosdoce.com saben que somos unos claros defensores de los libros electrónicos y de la lectura en pantallas. Precisamente por nuestra defensa de la edición digital, abogamos por una definición concisa y transparente de los derechos de los lectores de eBooks antes de que se consolide en la futura sociedad digital el nuevo modelo de acceso a los libros digitales, más conocido como los "libros en la nube" o "pago por lectura". Estos nuevos hábitos de acceso a la Red están determinando el enfoque del concepto Libro en la nube, que significa básicamente que en lugar de tener que ir a un ordenador para acceder a nuestros libros o revistas, todos esos contenidos y aplicaciones estarán disponibles en la Red y serán accesibles para cualquier persona en cualquier momento y desde cualquier tipo de dispositivo (un ordenador, un móvil o un eReader).Derechos adquiridos que no debemos cederEn el mundo analógico -por así decir-, como compradores de libros en papel queda establecida una serie de normas cuya importancia y necesidad social no habíamos posiblemente valorado hasta la aparición de los libros digitales, y que no debemos ceder con la llegada de nuevas formas de acceso a los libros, la información y el conocimiento:
• Cuando compramos un libro en una librería nos convertimos en los dueños de ese producto.
• Nuestros datos de compra no pueden ser reutilizados sin nuestro permiso.
• Nuestro historial de compra no puede ser vendido para fines comerciales (publicidad, etc.).
• Nuestras afinidades lectoras no pueden ser divulgadas a terceros.
• Podemos realizar compras de libros totalmente anónimas pagando en metálico y sin dejar rastro personal alguno de dicha compra.
• Podemos prestar nuestro libro a un familiar, amigo o compañero del trabajo.
• Nuestras notas y apuntes son personales y visibles hasta cuando queramos para quien queramos.
Todos estos derechos de los lectores, que nos son tan habituales con cada compra y so de un libro en papel, deberían garantizarse en el nuevo entorno digital.Los libros en la nube: interconexión vigiladaLas plataformas de acceso y venta de libros digitales de Google, Amazon y Apple están basadas en el concepto de "libros en la nube", que conlleva una nueva manera de acceder a la información y al conocimiento. En vez de descargarme un libro en mi ordenador o eBook, me conectaré a una determinada plataforma para acceder a mis libros. El "libro en la nube" no se puede descargar ni imprimir; accedemos a una plataforma donde tenemos nuestra biblioteca de libros y una serie de posibilidades para acceder a ese contenido. Podemos, por ejemplo, alquilar el contenido durante un año o un mes, así como acceder a un determinado libro con los comentarios de otros lectores. Sin lugar a dudas, este nuevo modelo de pago por lectura aportará enormes ahorros financieros y la posibilidad de generar múltiples servicios de valor añadido a las plataformas de acceso y venta de eBooks. No obstante, compartir conocimiento en línea o alquilar un libro digital no debería convertirse en un ejercicio de constante defensa por parte del usuario para sentirse seguro o protegido. Podemos, y debemos, aceptar que un libro en formato digital dejará de ser un objeto material y tangible como lo había sido hasta ahora. Pero esto no significa que debamos ceder nuestros derechos como ciudadanos a los intereses comerciales de las empresas privadas. Hay que hallar la manera de encontrar un equilibrio entre las ventajas de la nube y los derechos adquiridos de los lectores ante la privacidad, intimidad y propiedad.Defensa de nuestros derechos como lectoresEn los Estados Unidos, el colectivo de bibliotecarios y varios organismos sin ánimo de lucro como la Electronic Frontier Foundation han asumido el reto de evitar que la consolidación de estos nuevos modelos de acceso al conocimiento choque contra los valores democráticos más básicos. La biblioteca digital siempre disponible en cualquier momento y en cualquier lugar favorecerá el acceso a múltiples contenidos digitales, pero las autoridades públicas deberían plantearse legislar sobre qué pueden hacer o no estas empresas en la nube con el fin de proteger nuestros derechos como consumidores y ciudadanos. No debemos permitir que nuestros datos personales relacionados con los hábitos de compra online y nuestras afinidades lectoras derivadas de nuestra lectura en pantallas sean utilizados para fines comerciales sin nuestro consentimiento expreso. A raíz de todos estos argumentos y siguiendo iniciativas similares en los Estados Unidos en relación con este tema, como las de Peter Brantley, director de contenidos del Internet Archive, o las recomendaciones de la mencionada Electronic Frontier Foundation proponemos el siguiente dodecálogo para proteger los derechos del lector de libros digitales.Dodecálogo de derechos del lector de libros digitales1. Las plataformas de acceso y venta de eBooks no deben comerciar con el historial de compra de los lectores sin su consentimiento previo.
2. Aquellas plataformas que quieran reutilizar con fines comerciales el historial de compra de los lectores para mejorar sus sistemas de recomendación de libros o generar ingresos publicitarios relacionados con las compras realizadas deberán comunicar previamente a los lectores qué tipo de información guardan en sus plataformas, por cuánto tiempo y para qué fines comerciales.
3. El lector de libros digitales podrá acceder a esta información personal en cualquier momento y borrar su historial en caso de considerarlo oportuno.
4. Las plataformas de acceso y venta de eBooks deberán garantizar que los eBooks adquiridos son propiedad de aquellas personas que los han comprado. Tras la polémica decisión de Amazon de entrar en la cuenta de sus usuarios y eliminar los ejemplares digitales vendidos del libro de George Orwell 1984 por discrepancias con su proveedor, se justifica que exijamos que las plataformas de comercialización de eBooks se comprometan a respetar nuestros derechos como consumidores. Ninguna plataforma o librería virtual debería ser capaz de eliminar de mi cuenta un libro ya adquirido o limitar el acceso al mismo sin mi consentimiento expreso.
5. En caso de alquiler, pago por lectura o subscripción de cualquier contenido digital, el usuario debería tener una opción a compra perpetua.
6. Al igual que en el mundo analógico podemos prestar un libro comprado a un amigo, en el mundo digital deberíamos preservar el derecho a realizar préstamos de libros en cualquier formato y sin coste adicional.
7. Se nos debe garantizar la posibilidad de leer cualquier libro de nuestra biblioteca en la nube o plataforma en cualquier dispositivo, sin restricciones ni limitaciones por sistemas, derechos, fronteras, etc., y siempre de una forma amable y legible.
8. Las plataformas de acceso y venta de eBooks deberían permitir que las personas que deseen hacer sus compras en un entorno plenamente privado puedan hacerlo sin que sus datos de compra sean almacenados en ningún momento ni comercializados a terceros.
9. Los compradores de libros digitales podrán eliminar su historial de compra o alquiler, así como destruir los propios libros adquiridos, en cualquier momento y de forma definitiva sin dejar rastro alguno de su previa existencia en ninguna memoria virtual.
10. Los lectores podrán regalar o revender cualquier libro adquirido que ya no se quiera mantener en su biblioteca digital.
11. Los lectores podrán subrayar, marcar y hacer anotaciones de forma anónima en sus libros adquiridos. Aquellos lectores que quieran compartir con otros lectores sus anotaciones personales deberán poder hacerlo, pero si en cualquier momento cambian de opinión también podrán retirar las aportaciones prestadas.
12. Al igual que podemos mantener nuestro número de teléfono móvil si nos cambiamos de operador, las plataformas deberán garantizar la portabilidad de los datos de los usuarios. Si por cualquier motivo un lector abandona una plataforma deberá poder transportar los libros adquiridos, notas e historial de compra a la nueva plataforma de forma fácil y eficiente.
No debemos olvidar que nos encontramos en la primera fase de definición del futuro modelo de sociedad digital. Lo que hagamos, cómo lo hagamos y lo que decidamos en esta primera etapa tendrá una amplia repercusión en el futuro. Como lectores ciudadanos nos corresponde garantizar que los intereses públicos de la futura sociedad digital estén por encima de los intereses económicos de las empresas por muy legítimos que sean.
Tomado de: Javier Celaya - José Antonio Vázquez
• Cuando compramos un libro en una librería nos convertimos en los dueños de ese producto.
• Nuestros datos de compra no pueden ser reutilizados sin nuestro permiso.
• Nuestro historial de compra no puede ser vendido para fines comerciales (publicidad, etc.).
• Nuestras afinidades lectoras no pueden ser divulgadas a terceros.
• Podemos realizar compras de libros totalmente anónimas pagando en metálico y sin dejar rastro personal alguno de dicha compra.
• Podemos prestar nuestro libro a un familiar, amigo o compañero del trabajo.
• Nuestras notas y apuntes son personales y visibles hasta cuando queramos para quien queramos.
Todos estos derechos de los lectores, que nos son tan habituales con cada compra y so de un libro en papel, deberían garantizarse en el nuevo entorno digital.Los libros en la nube: interconexión vigiladaLas plataformas de acceso y venta de libros digitales de Google, Amazon y Apple están basadas en el concepto de "libros en la nube", que conlleva una nueva manera de acceder a la información y al conocimiento. En vez de descargarme un libro en mi ordenador o eBook, me conectaré a una determinada plataforma para acceder a mis libros. El "libro en la nube" no se puede descargar ni imprimir; accedemos a una plataforma donde tenemos nuestra biblioteca de libros y una serie de posibilidades para acceder a ese contenido. Podemos, por ejemplo, alquilar el contenido durante un año o un mes, así como acceder a un determinado libro con los comentarios de otros lectores. Sin lugar a dudas, este nuevo modelo de pago por lectura aportará enormes ahorros financieros y la posibilidad de generar múltiples servicios de valor añadido a las plataformas de acceso y venta de eBooks. No obstante, compartir conocimiento en línea o alquilar un libro digital no debería convertirse en un ejercicio de constante defensa por parte del usuario para sentirse seguro o protegido. Podemos, y debemos, aceptar que un libro en formato digital dejará de ser un objeto material y tangible como lo había sido hasta ahora. Pero esto no significa que debamos ceder nuestros derechos como ciudadanos a los intereses comerciales de las empresas privadas. Hay que hallar la manera de encontrar un equilibrio entre las ventajas de la nube y los derechos adquiridos de los lectores ante la privacidad, intimidad y propiedad.Defensa de nuestros derechos como lectoresEn los Estados Unidos, el colectivo de bibliotecarios y varios organismos sin ánimo de lucro como la Electronic Frontier Foundation han asumido el reto de evitar que la consolidación de estos nuevos modelos de acceso al conocimiento choque contra los valores democráticos más básicos. La biblioteca digital siempre disponible en cualquier momento y en cualquier lugar favorecerá el acceso a múltiples contenidos digitales, pero las autoridades públicas deberían plantearse legislar sobre qué pueden hacer o no estas empresas en la nube con el fin de proteger nuestros derechos como consumidores y ciudadanos. No debemos permitir que nuestros datos personales relacionados con los hábitos de compra online y nuestras afinidades lectoras derivadas de nuestra lectura en pantallas sean utilizados para fines comerciales sin nuestro consentimiento expreso. A raíz de todos estos argumentos y siguiendo iniciativas similares en los Estados Unidos en relación con este tema, como las de Peter Brantley, director de contenidos del Internet Archive, o las recomendaciones de la mencionada Electronic Frontier Foundation proponemos el siguiente dodecálogo para proteger los derechos del lector de libros digitales.Dodecálogo de derechos del lector de libros digitales1. Las plataformas de acceso y venta de eBooks no deben comerciar con el historial de compra de los lectores sin su consentimiento previo.
2. Aquellas plataformas que quieran reutilizar con fines comerciales el historial de compra de los lectores para mejorar sus sistemas de recomendación de libros o generar ingresos publicitarios relacionados con las compras realizadas deberán comunicar previamente a los lectores qué tipo de información guardan en sus plataformas, por cuánto tiempo y para qué fines comerciales.
3. El lector de libros digitales podrá acceder a esta información personal en cualquier momento y borrar su historial en caso de considerarlo oportuno.
4. Las plataformas de acceso y venta de eBooks deberán garantizar que los eBooks adquiridos son propiedad de aquellas personas que los han comprado. Tras la polémica decisión de Amazon de entrar en la cuenta de sus usuarios y eliminar los ejemplares digitales vendidos del libro de George Orwell 1984 por discrepancias con su proveedor, se justifica que exijamos que las plataformas de comercialización de eBooks se comprometan a respetar nuestros derechos como consumidores. Ninguna plataforma o librería virtual debería ser capaz de eliminar de mi cuenta un libro ya adquirido o limitar el acceso al mismo sin mi consentimiento expreso.
5. En caso de alquiler, pago por lectura o subscripción de cualquier contenido digital, el usuario debería tener una opción a compra perpetua.
6. Al igual que en el mundo analógico podemos prestar un libro comprado a un amigo, en el mundo digital deberíamos preservar el derecho a realizar préstamos de libros en cualquier formato y sin coste adicional.
7. Se nos debe garantizar la posibilidad de leer cualquier libro de nuestra biblioteca en la nube o plataforma en cualquier dispositivo, sin restricciones ni limitaciones por sistemas, derechos, fronteras, etc., y siempre de una forma amable y legible.
8. Las plataformas de acceso y venta de eBooks deberían permitir que las personas que deseen hacer sus compras en un entorno plenamente privado puedan hacerlo sin que sus datos de compra sean almacenados en ningún momento ni comercializados a terceros.
9. Los compradores de libros digitales podrán eliminar su historial de compra o alquiler, así como destruir los propios libros adquiridos, en cualquier momento y de forma definitiva sin dejar rastro alguno de su previa existencia en ninguna memoria virtual.
10. Los lectores podrán regalar o revender cualquier libro adquirido que ya no se quiera mantener en su biblioteca digital.
11. Los lectores podrán subrayar, marcar y hacer anotaciones de forma anónima en sus libros adquiridos. Aquellos lectores que quieran compartir con otros lectores sus anotaciones personales deberán poder hacerlo, pero si en cualquier momento cambian de opinión también podrán retirar las aportaciones prestadas.
12. Al igual que podemos mantener nuestro número de teléfono móvil si nos cambiamos de operador, las plataformas deberán garantizar la portabilidad de los datos de los usuarios. Si por cualquier motivo un lector abandona una plataforma deberá poder transportar los libros adquiridos, notas e historial de compra a la nueva plataforma de forma fácil y eficiente.
No debemos olvidar que nos encontramos en la primera fase de definición del futuro modelo de sociedad digital. Lo que hagamos, cómo lo hagamos y lo que decidamos en esta primera etapa tendrá una amplia repercusión en el futuro. Como lectores ciudadanos nos corresponde garantizar que los intereses públicos de la futura sociedad digital estén por encima de los intereses económicos de las empresas por muy legítimos que sean.
Tomado de: Javier Celaya - José Antonio Vázquez