Julio Cortázar ha dejado su marca sobre toda una generación de escritores argentinos y de toda Latinoamérica, pero su legado no ha quedado
confinado a este lado del Atlántico.
En
2014 se cumplen 30 años de su muerte (el 12 de febrero de 1984) y 100 de su nacimiento (el 26 de agosto de
1914), excusa suficiente para que su literatura sea
celebrada en todo el mundo.
El
autor de Historias de cronopios y de famas será homenajeado
en la edición 2014 del prestigioso Salón del Libro de París, que se realizará
durante el mes de marzo en la capital francesa.
Argentina
también será invitada de honor en la Feria del Libro de Guadalajara gracias al escritor de Rayuela y será ella misma
anfitriona de una cantidad de actividades que se llevarán a cabo en el marco del
llamado "Año Cortázar", que incluirá homenajes, exposiciones y
publicaciones inéditas.
El
autor, nacido en Bruselas y
muerto en París, es identificado como uno de los principales referentes de la literatura argentina y
latinoamericana por obras como Presencia, Bestiario, 62 modelo para armar, Territorios y su obra cumbre, Rayuela.
"Creo
que (Cortázar) está presente a la
hora de pensar mis personajes, la importancia de las ciudades como ámbitos
recurrentes en mis ficciones, la búsqueda de una escritura que resulte cercana a la
experiencia de la lectura", reconoció a EFE el novelista y periodista argentino, ganador del premio
Tusquets de Novela, Sergio Olguín.
La
cuentista Samanta Schweblin, por su parte, afirmó que Cortázar "abrió el juego"
y "le dio al cuento rioplatense, característico por su oscilación entre la
realidad y lo fantástico, un espacio más abierto y lúdico -y no por eso menos
denso ni angustiante- que no se había abordado todavía".
Esta
escritora porteña asegura que los relatos breves de Cortázar la empujaron por primera vez
a la escritura y a la idea de que "en la literatura hay juego y hay disfrute, aun para narrar la
oscuridad".
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