Mostrando entradas con la etiqueta CEAL. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CEAL. Mostrar todas las entradas

martes, 30 de junio de 2015

26 de junio - Acto en conmemoracion y repudio a la quema de libros en Sarandi - 35 años

Fue uno de los hechos graves de la dictadura del ’76 del cual se cumplieran 35 años el próximo 26 de junio y que hemos comentado en varias notas periodísticas. Fue la quema de libros del Centro Editor de América Latina (CEAL) y nos reconforta la memora pública porque tanto los vecinos como el gobierno municipal, así como el escritor y periodista Mempo Giardinelli no dejaron pasar por alto este triste aniversario.

El municipio acompañó el 26 de junio último al grupo cultural “La grieta” en un acto realizado en la calle Ferré, entre C. Larralde y Lucena, para conmemorar los 33 años de la quema de libros. Una gran cantidad de vecinos, chicos del Envión local y funcionarios municipales se dieron cita en el lugar donde se produjo la quema de más de cinco toneladas de ejemplares  Se escuchó entonces el testimonio de la responsable de la Enciclopedia Joven quemada en su totalidad y docente de la UBA, Amanda Toubes. Recordó a la CEAL, dirigida entonces por el editor Boris Spivacow, como “una locura de trabajo, pasión, discusión, risas y llantos”. Además, Toubes compartió su recuerdo de la quema con los presentes. En 1980, desde el depósito que la editorial alquilaba se trasladaron toneladas de libros en camiones hasta el baldío de Ferré, entre Larralde y Lucena, para ser quemados. Por su parte, el secretario de Gobierno municipal, Pablo Vera, reivindicó a los trabajadores del CEAL, y a los compañeros de La grieta por “su obstinación militante”.Asimismo, manifestó su orgullo de “participar de un proyecto de país que empezó a recuperar la memoria, la verdad  y la justicia”. Para finalizar, llamó a contar esta historia a muchos más para seguir haciendo memoria. 

En el cierre, se descubrió una placa con el lema “Más libros para más. Porque la memoria está encendida” en la fábrica que hoy ocupa el baldío de la quema.

Se realizo una muestra fotográfica del momento de la quema de libros.

En la misma estaba presente el Bibliomovil, el cual estuvo acompañado de varias mesas con libros donados por cada biblioteca popular de Avellaneda, más de doscientos libros, los cuales llevaron la mencion del Proyecto "Sembrando Libros", iniciado por la Soc.Fom.V,.Modelo y Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi, en el año 2005.

Esta 7º Siembra, se lanzó en conjunto con las demás bibliotecas Populares, en conmemoración y repudio a lo ocurrido hace 35 años en Sarandí-Avellaneda, donde ardieron durante 3 dias más de una tonelada de libros, censurados por la dictadura militar, la policia bonaerense realizó la quema, por orden del Juez Federal de La Plata Hector Gustavo De la Serna.

El proyecto "Sembrando Libros" al que se sumaron este año nuestras compañeras bibliotecas populares de Avellaneda, en el caso de la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi, fue lanzado con la colección "Libros Prohibidos", la cual esta constituida por títulos y autores prohibidos durante la Dictadura MIlitar:: La línea de Beatriz Dourmerq, ¿Quieres ser diputado? de Roberto Artl, 7 de Cortazar, Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Borneman, El pueblo que no queria ser gris de Beatriz Dourmerq, Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta MIlitar, Mafalda y la dictadura por Quino, Escritos de Maria Elena Walsh,

LA SIEMBRA SIGUE...



Ing Jorge Ferraresi (Intendente Avellaneda), Hector Bartalini (Secretario General Comision Bibliotecas Populares Avellaneda), Amanda Toubes (Ex Directora CEAL), Antonio Gonzalez (Ciudadano Ilustre de Avellaneda), Hugo Caruso (Secretario de Cultura y Promoción de las Artes), Hugo Barrueco (Presidente del Honorable Concejo Deliberante), Jorge Degli Innocenti (Presidente Bloque Frente para la Victoria), Carmen "Tota"Guebel (Presidenta Mesa por la Memoria de Avellaneda)




Carmen "Tota" Guebel y el Ing. Jorge Ferraresi (Intendente Avellaneda)

jueves, 8 de septiembre de 2011

A 31 años de la gran fogata en Sarandí

La historia de nuestro país está signada por la aventura represiva de eliminar la lectura de cientos libros. Hasta las bibliotecas privadas y públicas llegaba el grado de sospecha de los paladines de la "libertad" de todas las épocas.
Los allanamientos buscaban la evidencia más preciada: la bibliografía "subversiva" o equivalentes, así como los libros de contenidos anarquistas, socialistas, peronistas, marxistas o antifascistas.
Pero antes y después la persecusión del libro como elemento peligroso para la sociedad se desplegaba como una caricatura de la ausencia de democracia. Fue el General Onganía quien dijo en 1966 que tratándose de luchas ideológicas, la represión es el medio menos eficaz para hacer triunfar la propia ideología".
Más tarde el Gral. Viola afirmo en 1978 que el destino final es la mente humana, el sistema interno de convicciones de cada hombre.

Recordemos los hechos:"... en la mañana del 30 de agosto de 1980, en un baldío de Sarandí, Provincia de Buenos Aires, un grupo de camiones volcadores procedió a descargar un contenido poco frecuente: un millón y medio de libros y fascículos publicados por el Centro Editor de América Latina, secuestrados por la Policía Federal de los depósitos de la editorial por orden del juez federal de La Plata, mayor retirado del Ejército De La Serna.
Acto seguido las fuerzas policiales rociaron con nafta la pila y le prendieron fuego. Los libros amontonados ardieron durante horas antes de quedar reducidos a cenizas. Obras de grandes escritores del pais y del mundo, colecciones de historia y de ciencias, libros de poesía y enciclopedias, en fin... gran parte del maravilloso fondo editorial del Centro Editor se hizo literalmente humo.
Concluía así la persecución iniciada dos años antes, que incluyó el secuestro y prisión de empleados, amenazas, prohibiciones, clausuras; y se continuó, con un juicio antisubersivo contra el fundador y director del Centro, José Boris Spivacow, al que siguió el cierre de sus depósitos y el secuestro de sus ediciones.
Esta gigantesca quema de libros es por su envergadura, un símbolo de lo que la última dictadura militar significó para la cultura argentina. Completó y sintetizó otras varias afrentas, entre las que destacamos el allanamiento, clausura y encarcelamiento de los directivos de Siglo XXI editores, Que condujo al posterior cierre de la editorial; el allanamiento, clausura, quema de libros y cierre definitivo de la editorial de la Fundación Constancio C. Vigil de Rosario.