PRIMERA BIBLIOTECA POPULAR EN AVELLANEDA RECONOCIDA POR LA COMISION NACIONAL DE BIBLIOTECAS POPULARES DE LA REP.ARG. "Hay un unico lugar donde ayer y hoy se reconocen y se encuentran. Ese lugar es mañana." Eduardo Galeano "
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jueves, 5 de julio de 2012
El miedo
Vienen dos de regalo "El miedo" e "Indicios", lo que vivimos a diario.
viernes, 29 de junio de 2012
Eduardo Galeano
La función del arte /1
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff,lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba mas allá de los altos médanos,
esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas
dunas de arena, después de mucho caminar, la mar
estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la
mar, y tanto su fulgor que el niño quedo mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando,
pidió a su padre;
- ¡Ayúdame a mirar!
Para leer más ir a LIBROS DIGITALIZADOS
Etiquetas:
el libro de los abrazos,
Galeano
jueves, 21 de junio de 2012
lunes, 25 de julio de 2011
Los chicos de ...
Hoy releyendo algo marcado en un libro, recordé un grupo de chicos que nos hacen rabiar a diario en la escuela y me di cuenta del problema........ ya estamos curadas de la enfermedad, pucha que lástima.
La cuestión venía asi:
"En alguna parada, un enjambre de muchachos invadió el ómnibus.
Venian cargados de libros y cuadernos y chirimbolos varios;
y no paraban de hablar ni de reir. Hablaban todos a la vez,
a los gritos, empujándose, zarandeándose, y se reían de todo y de nada.
Un señor increpó a Andrés Bralich, que era uno de los más estrepitosos:
- ¿Qué te pasa, nene? ¿Tenés la enfermedad de la risa?
A simple vista se podía comprobar que todos los pasajeros de aquel ómnibus
habían sido, ya, sometidos a tratamiento, y estaban completamente curados."
La buena salud de Bocas del tiempo / Eduardo Galeano
La cuestión venía asi:
"En alguna parada, un enjambre de muchachos invadió el ómnibus.
Venian cargados de libros y cuadernos y chirimbolos varios;
y no paraban de hablar ni de reir. Hablaban todos a la vez,
a los gritos, empujándose, zarandeándose, y se reían de todo y de nada.
Un señor increpó a Andrés Bralich, que era uno de los más estrepitosos:
- ¿Qué te pasa, nene? ¿Tenés la enfermedad de la risa?
A simple vista se podía comprobar que todos los pasajeros de aquel ómnibus
habían sido, ya, sometidos a tratamiento, y estaban completamente curados."
La buena salud de Bocas del tiempo / Eduardo Galeano
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