La cuestión venía asi:

Venian cargados de libros y cuadernos y chirimbolos varios;
y no paraban de hablar ni de reir. Hablaban todos a la vez,
a los gritos, empujándose, zarandeándose, y se reían de todo y de nada.
Un señor increpó a Andrés Bralich, que era uno de los más estrepitosos:
- ¿Qué te pasa, nene? ¿Tenés la enfermedad de la risa?
A simple vista se podía comprobar que todos los pasajeros de aquel ómnibus
habían sido, ya, sometidos a tratamiento, y estaban completamente curados."
La buena salud de Bocas del tiempo / Eduardo Galeano
No hay comentarios:
Publicar un comentario